¿Qué significará el tiempo sin relojes?

miércoles, 6 de julio de 2016

tranvía

pero lo haces: te paras en medio de los raíles del tranvía esperando a que pase, a que pase y a que te arrolle y a que te convierta en un amasijo de carne, de tripas, de nada. te metes de lleno en la vía esperando a que pase el tranvía, mirando hacia un lado, con la convicción ciega de que quedan ocho minutos (benditas paradas, prediciendo la muerte) y lo más seguro es que llegue alguien que te conoce o que no te conoce pero que siente lástima y te saque de ahí, que te arrastre con desesperación por la camiseta porque ni la ciudad ni los ciudadanos se merecen ver tu cuerpo comido por el transporte público. y sí, lo más probable es que nadie antes que tú haya pensado que ocho minutos son demasiado tiempo para querer morir, que caminarás de nuevo hacia el otro lado y cruzarás un río (un río, ¿comprendes?), pero esto que haces no tiene nombre. nadie se atreve a ponerle un nombre porque esto no lo hacen las buenas personas, y solo las buenas personas se atreven a ponerle nombre a lo que hacen porque no tienen que responder ante la señora que te aparta de las vías y te pregunta, mojándote la cara con un perdigón, qué coño estabas haciendo. aunque queden seis minutos, seis exhaustivos minutos que significarían ante los ojos de cualquiera que solo te habías parado para descansar, para tomar el aire. que sabías que faltaba un rato pero que el tranvía iba hacia ti como una máquina de apagar móviles (y cuerpos). ¿habría sido posible, dime, que hubieras esperado seis minutos más? seis minutos entre ti y la nada. seis minutos que gastas ahora sentada en la parada, mirándote las piernas desnudas por debajo de una falta que no, que no, que no te representa. ¿quieres morir? ¿quieres que duela? ¿quieres sentir que quieres morir y que quieres que duela? lo haces, claro que lo haces: ahora contemplas los raíles con tristeza, piensas en todo lo que te han robado la señora y sus perdigones, en todo lo que te ha quitado el mundo porque siempre hay alguien en la calle y siempre hay alguien que te roba la muerte. la muerte, la escupida muerte. y viene el tranvía como un rayo y la pantalla palpita: 1 minuto, 1 minuto, 0 minutos. en este instante tu cuerpo se habría disuelto en pedazos y el chico de la bici, la chica con rastas y la señora de los perdigones te habrían visto por dentro. todo tu interior esparcido bajo los pies minúsculos de las veinte personas que van en los vagones. y si te subes al tranvía vas a sentir cómo surfeas por encima de tu muerte, de tu suicidio cobarde. si te subes todos te van a mirar porque has crecido, te has apartado del final y has crecido hasta pasar por encima de ellos y hasta tener los dedos grandes como farolas. vas a llegar a casa, honey. pero lo haces: no te subes, no te subes. 10 minutos para el próximo tranvía.

lunes, 4 de julio de 2016

m


mujer contempla la ciudad. mujer contempla la ciudad en la ventana. mujer no tiene nombre pero contempla la ciudad y la ciudad no tiene nombre pero mujer contempla. hay ascensores carcomidos y muerte/en los ojos de los hombres/a los 14 años me propuse enamorarme de todas las mujeres de la ciudad. ir destapando uno a uno sus secretos. comérmelos. comérmelas. no disfrutarlas: quererlas, hacerlas sentir vivas debajo de los puentes, puentes que contemplan la ciudad y las mujeres debajo de mis dedos. y mujer contempla la ciudad. y mujer contempla la ciudad en la ventana. sabe que en dos horas cruzaré la puerta y traeré flores *lésbica galana lésbica ciudad* que contemplaré la ciudad en sus ojos mientras hacemos el amor como orquídeas o como basura en descomposición. mujer contempla mi cabeza, mi ciudad. amaré a todas las mujeres de la ciudad. no amaré a todas las mujeres de la ciudad. ellas son edificios y yo una rata *quiero comerme todos los cables y hacer que las chispas incendien la ciudad, que se llene la ciudad de cucarachas* mujer contempla cucarachas. mujer contempla cucarachas en mi pelo.

y todas las mujeres son

/edificios/

azoteas, parques y escaleras. calles, lunas y monedas. lésbica ciudad, lésbica y espléndida ciudad

viernes, 1 de julio de 2016

building

¿has pensado alguna vez, bird, en la connotación? te digo presa y connoto perros. te digo lluvia y connoto sexo. si te hablo de una puerta, justice, ¿qué quiero que sepas? y así es como mi cuerpo se convierte en sales, así es como el filo de tu lengua filosa (en tu afilada boca, water) sabe de mí un agujero. digo dolor y resumo agujero. pienso cáscaras. pero te has tumbado a mirar el cielorraso, la espalda de ti se ha chocado con los muelles para mirar el cielorraso, y sadness, gravity, y las cosas que le dices a tu cigarrillo*que solo es tuyo ahora*surfean la habitación. estantería, alfombra, closet. ah, la ciudad es mi closet, fuera de la ciudad soy la elevación espiritual y soy, siempre, serrín. pero aquí lo he pensado, aquí me he cruzado con sand, ojos, boca, boca que bizquea, te has tumbado a mirar el cielorraso, mi cara baja por las cuerdas del cielorraso y mis uñas acaban en tu reloj. reloj, reloj, ¿dices reloj y connotas miedo? cuando bulle la ciudad, ¿quiere decir cura? city, cómo darte señales de humo a través del cigarrillo, cómo explicarte dentro de este silencio la espuma morada que ha empezado a brotar en mi hígado. alguna vez obtuviste beso y yo quise decir hierro. alguna vez cacé humedad y pensé restos. cosas imprecisas, loud, cosas impalpables como igualmente impalpable eres ahora que has cerrado los ojos como balcones*y no quieres de mí*más que aire que connote que estoy viva*lo sé, little girl, algunas veces tuvieron razón las ratas. y entro a un edificio. a través de tus pulmones entro a un edificio. building. to build. to destroy. yo, en realidad, soy un animal (danzo como un gato por la panza de la calle, araño asfalto con las uñas y escribo con la lengua que no quiero comer lentejas). love, estamos desnudas en todas las casas de este bloque, tenemos pelos en las piernas y bostezamos con las bocas grandes como los mares (y queremos decir entropía). y entro a un edificio y hago la colada, la tele no habla, la radio tiene hambre*hazme el favor de quitarme la piel de una vez o voy a gritar y querré decir s e x o*tusk, mirror, ¿has pensado alguna vez en la connotación? ¿has pensado alguna vez en mi boca por dentro? quiero decirte cosas, quiero ponerte nombres, no encuentro el mando del televisor, mute, tengo miedo de salir de aquí/y entro a un edificio/quiero decirte estrellas, peces, trenes. que soy una leona, cat. y así con palabras es como yo te hago olas, así es como arrugas los dedos y lo hacemos, hacemos eso que todos connotan*en silencio*¿sabes, insider, que si callo ganas quiero decir pánico? voy a contártelo, voy a contártelo y pienso repetirlo hasta que te comas todos los cigarrillos. voy a contártelo, eres un cuchillo y voy a contártelo, pero necesito ruedas, vasos, leche. y entro a un edificio, a horcajadas entro a un edificio.