¿Qué significará el tiempo sin relojes?

sábado, 28 de enero de 2012

Una de tantas.

Querido Allan:
Que les den. A los prejuicios de mierda y a los cánones. Al "no puedo", al "no voy a intentarlo" y al "no sirvo". A las despedidas y a los supuestos errores que a mí me parecían aciertos, a las limitaciones, a querer y no poder, al pesimismo, a las quejas, a la tristeza, la rabia y la nostalgia, a las ideas impuestas de antemano, a los lunes, a las líneas mal hechas, a todas las cosas que te gustaría borrar pero a la vez gritar con orgullo que las has vivido, a quien ha dicho quererte y no lo hacía, a las malas noticias, a ti, a ellos, a la diferencia entre bueno y malo y a todo lo que te de la gana. Machácalo todo y deshazte de ello. Y que le den también a la vocecita que te dice que es imposible que lo logres.

PD:

lunes, 23 de enero de 2012

...but I remember everything.

-Te lo prometo.
-El valor de una promesa es mucho tiempo. ¿Lo sabes, verdad?
-Es para siempre.


¿Son para siempre? ¿De verdad?
Nada lo es. Ni siquiera esa promesa que resultó ser más efímera de lo que tú esperabas. Ni siquiera ese estado extraño donde la luz y la oscuridad se fundieron.
Nada.

domingo, 22 de enero de 2012

RZ

-Joder, Roxanne, no puedo. ¿No lo ves? No soy capaz de tener la confianza suficiente en nadie que no sea él, nunca seré capaz de volver a romper la barrera invisible que separa las almas de las personas.
-Sabes que sí.
-¡No! No me digas que sé que sí porque eso no te lo crees ni tú. ¡Entiéndeme! ¡Tienes que entenderme!
-Céntrate. Piensa. No es para tanto.
En ese momento sentí que parte de mis conexiones con ella se quebraban y se replegaban hasta llegar al punto en el que habían comenzado. Deseé que eso no fuera más que mi rabia contenida mezclada con el hecho de que no consiguiera comprenderme ni yo misma, porque si soy sincera, en ese momento me sentí terriblemente sola.
La decepción se expandía dentro de mí como si hubiera explotado.
-¿Nunca te ha pasado esto, verdad Rox?
Ella asiente poco convencida y me doy cuenta de que cierra los puños, detalle que me indica que le he hecho recordar algo que no debía. Omito mi casi palpante decepción y la abrazo. Ella llora.
Y así, como siempre, las cosas vuelven a su ciclo natural y termino yo siendo la que escucha cuando quiero ser yo la que intenta soltar toda la tristeza por la boca.

(Sólo quiero recordarte que dejes de cagarla...)

miércoles, 18 de enero de 2012

Querido tú:
Sabes que no eres bienvenido.

lunes, 16 de enero de 2012

Porque cuando decidas no volver,
despertarás...

domingo, 15 de enero de 2012

ROJO

Te juro que admiro a esas personas que no conocen el miedo. Nunca experimentarán esa sensación de no conseguir sacarte de la cabeza algo que te aterra y que, el hecho de querer no pensar en ello, desemboque en ese nefasto efecto. No tendrán que autoconvencerse de que todo está bien, de que no pasará nada, ni tendrán por qué buscarte en los momentos de puro terror. Un terror injustificado y familiar. Ese terror de verme sola (no sola, sin ti). Aunque, si te soy sincera, ya he dejado de sentir ese tipo de miedo y, aunque eso no me convierta en una persona más valiente ni más independiente en absoluto, sí que me hace un poquito más feliz. ¿Por qué? Porque no te necesito (no te necesito ni a ti ni a tu opuesto, you know). Y aunque siga teniendo miedo de muchísimas cosas y siga siendo así de frágil, no voy a volver a caer en tu red de mentiras e inseguridad, no voy a volver a rozar con la punta de los dedos el color escarlata de eso que te diferencia del resto de personas del mundo. Y, por encima de todas las cosas, no voy a volver a quererte jamás.
J u l i e t t e.

miércoles, 11 de enero de 2012

No hay más que verte.

-¿No crees que estaría bien quedarse siempre así? -sonreí mientras miraba el cielo estrellado y cerraba los puños para coger un poco de arena.
-La verdad es que no. -me senté, pensando que la había cagado. Le miré y él también lo hizo, con una mezcla de simpatía y maldad en los ojos y en la sonrisa incipiente.
-Ah...
-¿Sabes por qué? -porque te sientes incómodo, no me tortures con eso, pensé. Tierra, trágame. Negué con la cabeza.- Si nos quedáramos siempre así no podríamos vivir lo siguiente que nos toque -sonrió, dejando a la vista sus blancos dientes-. Nunca iríamos a París como dijimos antes ni volaríamos en globo.
-Entonces, avancemos, porque lo del globo es lo mejor que he podido oír nunca.
-¿Qué hay del "y lo sabes"?
Mis brazos se abrieron instintivamente y me abrazó. Poco a poco, en esa incómoda y a la vez cómoda postura nos volvimos a tumbar de nuevo en la arena para seguir contemplando el cielo estrellado y seguir haciendo planes que los dos sabíamos bien que no realizaríamos ni la mitad. Y yo a escondidas, en un rincón remoto de mi mente, seguí deseando quedarme así para siempre, exactamente en el mismo lugar en el que llevaba varias horas que se habían vestido de segundos, omitiendo su explicación. Omitiéndolo todo excepto el hecho de que ahí estaba él y ahí estaba yo, convertidos en una sola figura en aquel rincón solitario de la playa. En un momento le miré y sentí que podía ver a través de él. Aquélla fue la mejor sensación de todas.

viernes, 6 de enero de 2012

Senseless.

-¿Y qué más da?
-¿Qué?
-¿Qué más da todo ya si tú no estás para compartirlo conmigo?
-Zhanna...
-Es que sin ti nada me importa una puta mierda y lo sabes, nada tiene el suficiente sentido como para acelerarme el pulso e incluso llenarme los ojos de lágrimas. Sin ti nada me eriza el vello, nada es capaz de hacerme vibrar ni de impulsarme a hacer tonterías. No hay nada que cuente con la maldita capacidad de sacarme una sonrisa de esas que no están vacías ni de hacerme encoger los dedos de los pies. No, sin duda no hay nada en este mundo que sea capaz de lograr lo que tú hacías: Hacerme sentir. ¿Qué soy yo sin ti? La mitad de mí, la mitad física, la mitad que está pero no es nada. La que no siente, la que se limita a existir, no a vivir. Sin ti (unque suene a tópico) no soy nada.

lunes, 2 de enero de 2012

Bulletproof

Deberás aprender que aunque te diga que lo siento, no significa que te esté pidiendo que me perdones.

¿No lo ves?