¿Qué significará el tiempo sin relojes?

miércoles, 29 de agosto de 2012

...

¿Sabes lo irónico? Que planeamos que fuera para siempre y ahora lo único que nos separa es el tiempo.

But...

martes, 28 de agosto de 2012

Vida vs. tú y yo.

El mundo se movía y nosotros nos quedábamos parados, muy quietos, respirando el momento y deseando que nunca se marchara. La vida avanzaba y nosotros no. Después hacíamos un pequeño esfuerzo y corríamos para alcanzarla. Pero nunca íbamos a su ritmo. Y tampoco nos esperaba. Podríamos haber perdido el camino si hubiéramos demasiado tiempo pendientes de nuestra respiración y de los colores del crepúsculo. Porque ella avanzaba, sutil y rápida, mientras nosotros simplemente creábamos recuerdos.

(que después cortarían como el filo de una navaja y además
nos dejarían profundas cicatrices
de esas que no se sienten, pero te recuerdan los golpes)




sábado, 25 de agosto de 2012

86



Apareció ella dejando la blanca estela que delataba su paso por mi pequeño rincón, llenando mi campo visual de copos de nieve que en vez de caer la seguían. Tenía los zapatos blancos impolutos. Su cabello también parecía desteñido, un flash eterno a modo de cascada que caía por su espalda y se fundía con todo lo demás. Se paró unos segundos y tosió. No era capaz de ponerse recta del todo, su espalda siempre dibujaba una pequeña curva que solamente podías ver si la mirabas con atención. Olía a chocolate caliente con canela. Me hizo recordar las noches en mi azotea quemándome los dedos con la taza y, como por accidente, el rojo de sus mejillas me trajo recuerdos mejores.
Podría haberse llamado de cualquier manera. Pero a mí me gustaba llamarla Invierno.

viernes, 24 de agosto de 2012

Raros con manías.



Un instante antes de gritar, me pregunta:
-¿Crees en mí?
Sonrío.
-Eres lo único en lo que creo.
Y mis palabras quedan amortiguadas por la fuerza de su voz. Escucho el eco de su grito como si pudiera contarme las historias que sus pupilas me ocultan (sin éxito).
No me importa que se quede para siempre en mi memoria y no en la suya, me da igual que no me haya escuchado. Sé que sólo lo sé yo.
Entonces, grito yo y creo oír un murmullo roto por debajo.

miércoles, 22 de agosto de 2012




No sirve de nada.
Siempre, tarde o temprano, ocurre. Lo ves y no lo evitas.


Ése es tu problema... Te paras a observar y a desmenuzar la situación, le das mil vueltas y la miras desde todas las perspectivas posibles. Te metes en la piel de los otros y analizas lo que se siente en la tuya, buscas mil soluciones viables o mil formas de hacer desaparecer el problema por arte de magia -la magia no existe-. Te frustras, te guardas las explicaciones en el bolsillo y lo dejas pasar. No actúas. Simplemente planeas -y ojalá lo hicieras en el otro sentido, para planear por encima de los molinos y aterrizar con suavidad en el césped- y le das vueltas. Pero, maldita sea, tus problemas no son peonzas. 
Con la misma pregunta siempre en la cabeza -¿por qué?- recorres los lugares que significan algo para ti como un fantasma. Andas despacio, a veces no tanto y te metes las manos en los bolsillos evitando que algo se te escape. Ni siquiera eres lo suficientemente valiente para llorar, gritar, patalear o arañar. Eso requiere valentía. Es aceptar.
No te escondas más... porque algo que es parte de ti estará contigo en cualquier sitio.

(Y yo debería dejar de escribirme cartas a mí misma y darle una patada a la verdad para ver si así se vuelve una de esas mentiras edulcoradas que, falsamente, te endulzan con entusiasmo)

martes, 21 de agosto de 2012

VII

1. Tienes. Cuando te sientes plena y única y sientes que eres capaz de hacer cualquier cosa solamente porque X puede empujarte a ello. Cuando la sonrisa se te estira tanto que te duele, eres feliz y quieres que todo el mundo lo sepa.
2. Temes. Cuando sientes que se te escapa por entre los dedos y sabes que no puedes hacer nada al respecto. Lo sabes, pero eso no evita que lo intentes: te dejas la piel en ello o al menos intentas aparentarlo. Te cubres con una máscara para intentar volver al paso 1. Los momentos buenos son más reconfortantes pero más escasos y los malos te cortan como una cuchilla.
3. Pierdes. Cuando eres incapaz de seguir. Abandonas o simplemente te obligan a abandonar (no es sólo tu juego). Sientes que no pasa nada, que puedes seguir, pero después...
4. Extrañas. No hay nada peor que extrañar. Recreas mentalmente los dos primeros pasos una y otra vez, te deleitas con los recuerdos de cuando tuviste y con el dolor de temer, que al lado de éste parece dulce y lejano. Y te vuelves fría.

viernes, 10 de agosto de 2012

Sloooowly...

Y dispara. Te pega un balazo de buzones vacíos y neveras sin fotos.





Hoy te daré las buenas noches para el resto de tu vida, sé que no puedo darte los buenos días porque nunca los tienes.










jueves, 9 de agosto de 2012

57.

"-A veces es más triste la idea de sentirte mal que la propia tristeza, ¿no?"