¿Qué significará el tiempo sin relojes?

miércoles, 22 de junio de 2016

janis*edificio

mientras las tres señoras hablan/sobre alguien que se retiró del trabajo para pasar tres meses con su madre y apareció embarazada a los dos/yo muerdo patas de pájaro. hago con ellas un juguete y me las como porque no quiero que nadie me diga con qué puedo jugar. y janis, querida janis, ¿escuchas mis dedos rompiéndose, contra la losa rompiéndose, y mis ojos viéndome desaparecer? mientras las tres señoras hablan yo desaparezco (están contando los kilos que han perdido desde que les anunciaron que va a haber boda) pero yo desaparezco/mientras las tres señoras hablan/y no lo saben. en este bar hay ruido y olor a ruido y la cocacola sabe a ruido. verán bajar el refresco por mi esófago. primero un esófago y después solo refresco. una cascada negra y tuberías en el suelo y yo desaparezco mientras las tres señoras *hablan* y dejo a mi paso una estela pegajosa y me pisan, al pasar me pisan las mujeres y los hombres que van al trabajo y no saben que yo desaparezco porque no tengo TRABAJO. tengo pies en los ojos, desaparezco. no soy como las mujeres y los hombres que van al trabajo y no saben que yo desaparezco. janis, janis, querida janis, yo soy como tú y no como las tres señoras porque las tres señoras quieren a toda costa ser delgadas, ser numéricas, ser muebles de colcha o tapizados en piel sin pelos. pero yo, janis*esófago que anda, descomposición que baila cry baby cry cry, charco en el suelo de las calles quietas*soy lo mismo que tú. tengo tus dientes y las tres señoras no se maravillan con el gesto de tu voz agonizante, las tres señoras no te ven pero yo

siento la muerte siguiéndonos como un cordero*hambriento

jueves, 9 de junio de 2016



(¿pero vale la pena? dime, ¿lees esto y vale la pena? que sea yo, quiero decir. que me hayas buscado y sea yo, y seas tú a quien escribo. dime si vale la pena que toda la belleza
me consuma
y que esté aquí tirada pensando si es cierto que elcolordetusojos/estambiénelcolordemiceguera,
pero no es cierto.
y no tengo un beso guardado en los labios.
no para ti, ¿entiendes, comprendes?, no para ti ni para ti ni para ti ni para mí, porque yo era contigo. porque yo era. contigo. pero ahora seré. sin ti.
porque no vale la pena, y hace tiempo que te olvidas de llamarme.
de llamarme.
de cierto modo, de llamarme de cierto modo, de cierta manera que me hacía temblar las rodillas y los ojos, temblar los ojos contra tu pelo o tu cuello de avispa intermitente.
¿vale la pena?
no.
 y este no, este podrido no, lleva mucho tiempo colgándome de los dientes. como un adorno. como un adorno sin uso porque lo bonito no suele servir para nada, no suele ser útil, y qué inútil la idea que estaba ahí a la vista pero que no iba a dejar salir, que no iba a dejar salir porque no
valía
la pena.
y ahora.
creí que no pasaría, pero lo estoy usando.
y lo grito.
no.
no.
no.
no.
no.
no vale la pena, nunca valdrá la pena, yo ya no soy yo porque yo no era yo y tú no eras tú porque nunca has sido tú, nunca has sido nada, siempre lo has sido todo y sin embargo.
he dejado de llorar y has dejado de llamarme. así. y estoy cansada. y quiero vivir.
vivir. ¿entiendes? vivir)

 

martes, 7 de junio de 2016

quiero hacer puentes

ciudad: quiero hacer puentes. con los dedos hacer puentes. entre edificios hacer puentes. tejer tu mapa, big city, como si fueras arroz o escupitajos mágicos (en los que se refleja la luz, ciudad, la luz de las farolas, las farolas de las calles, las calles de tu estrella). quiero hacer puentes. de sangre. promesas de sangre con gotas de sangre que cruzan los dedos de mí a mí, de mí a nadie, de mí al muerto. muerta la ciudad, muertos los pasajes. muertos los que pueblan cada bloque. hacer puentes para que no cierren los ojos, para que no cierren despacio el cuerpo con los ojos y *habitantes de la ciudad, miren hacia las luces: la soledad es una luna, la farola es una luna, hay un pájaro silbando en el filo de la luna y café, café, pasajeros, callejeros, amigos, no se puede dormir hasta que haga puentes* ciudad: ¿nos castigas? ¿nos vomitas? ¿nos desechas? city, skeptical city, eres un planeta y tus edificios son más grandes, más grandes que tú. ciudad, ciudad raquítica, no te tengo miedo y quiero hacer puentes, quiero masticar puentes, quiero resurgir de los puentes/para hacerte daño/y si no me das permiso iré a golpear tu suelo, morderé tu suelo hasta que de mí salga tu ruina. con los dedos tu ruina. entre edificios tu ruina. entonces deja que me arquee, ciudadela, pueblo agrio, y que con mi espalda haga zonas, que haga calles, que pasen metros y bichos y muerta la ciudad, muerta la ciudad, muerta la lúbrica ciudad __ciudad: voy a hacer puentes. te retaré y haré puentes__

miércoles, 1 de junio de 2016

gran depredador

Trabajo para ti. Crees que trabajo para ti. Firmas mis brazos para ti. Me pinto la raya de los ojos, la curva de la boca, delante del espejo de mi baño. Me visto de criada y señora y camarera y profesora y prostituta y recta mujer en paro. Para ti. Mi trabajo no consiste en nada. Mi trabajo no me da nada. Odio mi trabajo. Y me emborrono la pintura. Y me retuerzo las uñas. Me cuelo en los bajos de la cama y no te espero. Tú sabes que yo no te espero. Tengo 25, 30, nada. Apareces. Gran depredador, apareces. Oigo tus pasos repetirse sobre el suelo, repetirse y vibrar en mis nalgas. Tac. Tac. Taquicardia. Crees que trabajo para ti. De 8 a 2 me salto todas las funciones de mi puesto, hago pellas y como Nocilla a cucharadas. Te espero cada día, con quince minutos de ventaja, caída sobre el sofá. Pintada. Peinada. Bien hecha. Crees que trabajo para ti. No tengo salario (no hay nada que me hinche las cuentas o el vientre a mediodía), pero tampoco me duele. Tac. Tac. Hoy no me he peinado.

Veo cómo me miras y cómo se te abren los ojos y las manos. Veo cómo descubres que no soy lo que soy para ti y que me he tragado todas las pelusas. Despojo. Amarilla. Gran depredador, yo soy un leopardo. ¿Quién se come a los leopardos? Pero apareces. Me miras. Encoges los dedos en una mueca que casi tiene ojos. Odio mi trabajo. Soy de gelatina. Me levanto, me abro, me descubro. Tengo la cara pintada, tengo los dientes podridos, tengo los labios cortados. Gran depredador, alzas las manos (te veo teclear notas de prensa, hace media hora, en un despacho blanco, paloma de la paz blanca). Tac.

Odio mi trabajo. Criada, señora, camarera, prostituta, mujer en paro. Pienso en ser de verdad un leopardo. Y firmar mi fuerza de leopardo. Y retirarme. Y pintarte los labios de rojo, los párpados de negro, arrancarte la barba. Podría doblegarte o hacerte llevar mi cara. Podría ser un gran depredador. Salgo a la calle (niña haciendo pellas, corriendo fuera del cole). Te veo una. Dos. Tres veces. Cinco. Cien. Estás vestido de tendero y me viras la cara. Repartes el correo y me dices que me aparte. Construyes un muro y me gritas tía buena. Gran depredador, empezaré a arrancarme las uñas con los dedos (si dejas de quererme, me moriría de miedo).