¿Qué significará el tiempo sin relojes?

jueves, 9 de junio de 2016



(¿pero vale la pena? dime, ¿lees esto y vale la pena? que sea yo, quiero decir. que me hayas buscado y sea yo, y seas tú a quien escribo. dime si vale la pena que toda la belleza
me consuma
y que esté aquí tirada pensando si es cierto que elcolordetusojos/estambiénelcolordemiceguera,
pero no es cierto.
y no tengo un beso guardado en los labios.
no para ti, ¿entiendes, comprendes?, no para ti ni para ti ni para ti ni para mí, porque yo era contigo. porque yo era. contigo. pero ahora seré. sin ti.
porque no vale la pena, y hace tiempo que te olvidas de llamarme.
de llamarme.
de cierto modo, de llamarme de cierto modo, de cierta manera que me hacía temblar las rodillas y los ojos, temblar los ojos contra tu pelo o tu cuello de avispa intermitente.
¿vale la pena?
no.
 y este no, este podrido no, lleva mucho tiempo colgándome de los dientes. como un adorno. como un adorno sin uso porque lo bonito no suele servir para nada, no suele ser útil, y qué inútil la idea que estaba ahí a la vista pero que no iba a dejar salir, que no iba a dejar salir porque no
valía
la pena.
y ahora.
creí que no pasaría, pero lo estoy usando.
y lo grito.
no.
no.
no.
no.
no.
no vale la pena, nunca valdrá la pena, yo ya no soy yo porque yo no era yo y tú no eras tú porque nunca has sido tú, nunca has sido nada, siempre lo has sido todo y sin embargo.
he dejado de llorar y has dejado de llamarme. así. y estoy cansada. y quiero vivir.
vivir. ¿entiendes? vivir)

 

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