¿Qué significará el tiempo sin relojes?

domingo, 18 de junio de 2017

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el amor es un grillo pequeño. ando con cuidado. amortiguo los latidos de mis órganos. cuando tengo un orgasmo, controlo cualquier estertor violento que pueda salirme por la boca. cuando provoco un orgasmo, controlo cualquier manifestación de opulencia. el amor es un grillo. el amor chirría. mi amor por los otros es un muro de hormigón. les hago a todos un castillo que poblar. soy una mirilla a través de la que el sol convierte los muebles en algo extraordinario. las paredes del castillo sobreviven a la debacle. a las tormentas. al fin del mundo, programado para hace cuatro años y medio. mi amor por los otros construye diques, cimientos. es un puente que nace del humo del tabaco y que nace del tacto de mis manos gélidas. el problema es que el amor es un grillo pequeño pero mi amor es un muro armado que nadie podrá derruir jamás. que les da suelo y aire. que les da espejos, pan y leche. mis amantes sucesivos (una mujer, un hombre, alguien con quien me cruzo en la esquina de mi calle, un perro de ojos tristes, la librera, alguien con quien fumo en la terraza) se observan con delicadeza en el espejo de mi amor. yo los miro a ellos y cierro muy deprisa el obturador de mi desperate love. el amor es un grillo pequeño, pero en mí edifica ciudades. invita a vivir a los otros en las más trágicas ciudades. diseña para los otros las más cómodas ciudades. pero es un grillo. y chirría. toso con cuidado. intento no llorar. cuando tengo un orgasmo, pienso en las montañas de ceniza. no puedo soltar aire. siempre he sabido (desde el fin del mundo) que mi amor podrá mucho más que el que me tienen. 

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