¿Qué significará el tiempo sin relojes?

miércoles, 21 de diciembre de 2011

...and It's killing me.

Querido Rob:
Te echo de menos de una manera que casi me duele físicamente. No podrías llegar a imaginarte lo mucho que me está costando salir de esto, y más aún (irónicamente) sin tenerte a mi lado para que me hagas sonreír un poco. Aunque supongo que ya estoy acostumbrada, en eso consiste mi vida: perder y extrañar. Es el mayor bucle en el que he entrado, ¿sabes? Es el que lo determina todo. Llegué a salir de él por un tiempo. En realidad, fuiste tú el que me sacó de él. Hiciste que dejara de extrañar todas las cosas que hasta entonces había querido recuperar, eliminaste esa culpa que no hacía más que perforarme el pecho. E hiciste todo eso sin darte cuenta, solamente existiendo. O existiendo para mí. Pero, ¿a qué precio, Robert, si después ibas a ser tú ese algo que iba a faltarme siempre? ¿Debo tomarte como mentiroso, ya que dijiste que me querrías siempre, que eras tú el que quería más, que nunca te olvidarías de mí y que no te cansarías de mí así pasaran cien años? ¿O debo recordarte como a un valiente por aguantar el chaparrón?
¿Sabes lo peor? Que mis esfuerzos por volver hacia atrás son totalmente inútiles por el simple hecho de que tú tienes toda la razón en esto aunque yo lo desmienta. Tienes pleno derecho a odiarme. Yo nunca he negado que no lo haga.
Otra vez, Rob, tengo todas las respuestas pero no me atrevo a dejarlas salir.
Siempre,
Isabella.

No hay comentarios: