¿Qué significará el tiempo sin relojes?

miércoles, 21 de agosto de 2013

astronomía



miro tu foto, me doy el tiempo y el espacio para mirar tu foto un instante antes de clickar la "x" y que la marea de píxeles se disuelva, antes de que el contenido de mi pantalla cambie y vuelva a mostrarme algo totalmente ajeno a ti. pero miro tu foto porque ahora los píxeles te recrean a ti, son como un minúsculo collage de granos de arena que recrea la silueta y el relieve de tus facciones. y veo tu nariz, la montaña de tu cara; atisbo tu boca, la perfección trasmutada en labios, en carne y en rojo, en las ventanas de una garganta raspada de tanto guardar el habla; oteo tus pecas, píxeles oscuros de tu cara y tu piel, la tecnología en la maravillosa recreación de una playa, arena y piedras; diviso tus ojeras, profundas cicatrices de tus superficiales noches sin dar tregua al incesante movimiento de tu mundo; acecho tu cuello, la pálida piel que asoma por encima de esa camisa tan fea, tu garganta a la que corona un pequeño alien que piensa si ahorcarte, sí, hay quien lo llama nuez; espío tu piel, tus poros, la marca de tu afeitado mal hecho. miro tu foto, contemplo tu imagen, ésa que decías que era sólo carne, ésas de la que querías que no me fiase porque las viejecillas te tomaban por una buena persona. y me maravillo con la magia de la tecnología, con el hecho de tenerte en mi pantalla, sonriéndome como si nunca me hubieses, ¿cómo se dice? ¿fallado o follado? qué importa, como si nunca hubieses escapado de la ebullición de mi existencia. cómo le habría gustado a julieta golpear con el dedo un óvalo de plástico y tener a su alcance todo un álbum de fotos de romeo, o a ulises poder contemplar el suave y lejano cabello de penélope estático en el tiempo, o a apolo poder ampliar sus recuerdos sobre el rostro de dafne antes de que tuviese ramas. qué magia la del siglo actual, con qué facilidad podemos evocar el rostro que nos partió la vida y observarlo o espiar lo que ya creíamos olvidado o tirarle dardos con la mente. y siempre está ahí, esperando tu visita, quizá provocándote, haciendo que te jodas al pensar que las pantallas no son portales de ciencia-ficción ni máquinas del tiempo, y el instante congelado en la fría superficie del pc te hace revivir en el circo de la mente tantísimas otras fotos que nunca tomaste... pero, ¿realmente puede esta marea de minúsculos puntos acercarse, de alguna manera, a ti? ¿te estoy mirando o fijo la vista en una falsificación, en la carcasa vacía de un hombre, en un simple cuerpo pegado a una foto que alguien subió y que yo bajo a mis suburbios? falta ese telescópico brillo de tus ojos, la estrella polar que me gustaba encontrar mientras te miraba muy de cerca y me concentraba en redescubrir los rincones de tu yo presente, y esa otra versión, la nebulosa de cuando te quedabas un poco ido y mirabas al infinito y parecías discernir el alma del aire o de los pajaritos de papel. quizá por eso mire tu foto, quizá por eso haya tecleado el nombre que al comenzar tu existencia te fue asignado, quizá no sea como todas esas veces que miré nuestras fotos mientras bebía una o dos o tres o cuatro o cinco o seis cervezas, tal vez éste no sea un arranque de nostalgia de ésos capaces de tumbar la muralla china y joder siglos de defensa bien planeada. podría ser esto una misión de reconocimiento, yo en busca de destellos en el cielo, sólo astronomía.

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