Las mejores historias son las que hablan de lo que no cuentan, ésas que tienen otras letras impresas en los márgenes y entre los huecos de los renglones. Las mejores historias son las que dejan rendijas, grietas pequeñas por las que descubrir qué es lo que se mueve dentro de todo.
¿Qué significará el tiempo sin relojes?
sábado, 20 de septiembre de 2014
glup
Me bebes, nadador,
como una copa de cerveza.
Prendes mi hilo a tus labios
y doblegas mi cuerpo
al centro gravitatorio.
Y yo caigo, me derramo,
derrapo en tu garganta
y me vacío.
Tú me bebes, nadador,
como si yo sólo fuera vino.
Me abres,
me descorchas,
y mi cuerpo queda al aire.
Yo me expongo,
y tú me miras con el ojo vago
antes de paladearme
preguntándote si estoy picada.
Tú me bebes, nadador,
como una copa de cerveza.
Yo corro y corro y corro por tu garganta,
y voy parándome y examinando
lo que tienes por dentro,
y me ensimismo en cada paso y cada vena
y en cada arteria y cada exhalación.
Estoy bajando y en tu estómago,
después,
me recuesto.
Tú me bebes, nadador,
como si yo sólo fuera vino.
Mides mi calidad y mis años de cultivo.
Examinas mis adornos y mi molde,
y revisas si es cierto
lo que escribo en mí.
Me exhibes de vez en cuando
y crees que no me doy cuenta
porque sólo soy inerte.
Tú me bebes, nadador,
como una copa de cerveza.
Y yo, tumbada en tu barriga,
sabiendo a tus labios,
me pregunto de qué color
serán tus ojos.
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