¿Qué significará el tiempo sin relojes?

martes, 1 de noviembre de 2011

¡301! (-1-)

Abro la caja y acaricio su contenido. Rebusco intentando no desordenar nada y, tras unos segundos, doy con él. Saco el collar... y pongo la piedra de la llave a la luz para volver a ver ese arcoíris. Una llave... Pienso qué podría abrir, y se me ocurren un par de hipótesis, la mayoría la mar de cursis, éstas son las más salvables:

-La caja azul que nunca me dejaste abrir.
-Alguna especie de... ¿puerta o trampilla?
-El primer cajón de tu mesa de noche (ese, sí).
-Nada. Tal vez el collar tenga un mero fin decorativo y ya está.


Mentalmente tacho la última. Sé que si tú me regalas una llave, tiene que haber alguna cerradura. Tú no eres de esas personas que creen en meros símbolos, para ti todo debe tener una función, el significado sentimental no basta para ti si no hay algo que ese objeto pueda hacer. Y más aún tratándose de eso que me diste el día antes de desaparecer para siempre (eso es otra cosa, ¿dónde estás? ¿por qué te marchaste? ¿acaso tengo que buscarte, por eso no te despediste?). Miro el dibujo que hay colgado en mi armario, ese que me entregaste con el collar, e intento analizarlo. Es una llave casi idéntica a la mía, sólo que la piedra es verde. La letra Q y la M parecen pelear en lo alto del papel (sólo debido a tu caligrafía), y, en la esquina inferior izquierda...
Nunca me había fijado en que en la esquina inferior izquierda hay un dibujo muy pequeño.
Cojo la lupa y descubro que es un candado que, según recuerdo, he visto varias veces.
¿Tu diario, tal vez?
Sí.
¿Qué esperas de mí, Acch?

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