¿Qué significará el tiempo sin relojes?

martes, 15 de noviembre de 2011

No lo sabes, no. (Del diario de Isabella, 1)

Sus ojos (que estaban enmarcados por unas inmensas y lisas pestañas) eran del color negro más profundo que puedas imaginarte. Muchas veces al mirarlos imaginaba el cielo nocturno y me parecía, por un segundo, que podía ver estrellas. Descubrí un día de esos que dedicaba a soñar despierta mientras le miraba que tenía unas pequeñas cicatrices paralelas debajo de la ceja derecha, detalle que en ese momento me pareció totalmente encantador. Su mirada... Dios, su mirada. Parecía transportarte a otro mundo, te embriagaba. Cada vez que nuestras miradas se cruzaban yo no podía evitar sonreír. Y él... él nunca sonreía. No entiendo ni entenderé nunca la razón, pero él no sonreía.
No recuerdo muy bien su voz... es bastante extraño que no lo recuerde, la verdad. Recuerdo cada detalle de él; sus labios, su nariz, su olor, su pelo castaño.
Me gustaría saber qué fue de él. Pareció evaporarse. La última vez que le vi estaba parado frente al viejo parque de atracciones. Yo pasé "disimuladamente" frente a él. Me miraba, así que decidí sonreírle (a sabiendas de que él no me devolvería la sonrisa, claro).
-Adiós.
Ese adiós... tal vez sea una tontería, pero no me pareció un "adiós" casual. Y menos aún cuando pasaron los días y no le volví a ver, aunque no pude aceptar que no volvería hasta que el calendario volvió a marcar la misma fecha. ¿Se despedía él de mí -y si es así, ¿por qué de mí?- o simplemente fue cortés?
Nunca lo sabré... Sólo me queda el recuerdo de sus ojos negros y su perilla mal afeitada.




Who am I?

1 comentario:

. dijo...

Nunca habia visto un trocito de alguien tan bonito. Se me hace imposible no seguirte