¿Qué significará el tiempo sin relojes?

domingo, 1 de diciembre de 2013

retales


1.
a veces me canso y me entran ganas de olvidarte, de sacarte de mis nudos y robarte mis sonrisas.
pero pienso, entonces, qué coño sería de mí sin tus tardes de alto voltaje,
sin tu azul eléctrico
y el aura que desprendes y que cambia la composición atómica de todo lo que pende en el mismo aire que tú.
me imagino sin ti y me analizo contigo,
me visualizo antes de ti y me recuerdo contigo.
y aquel primer libro, aquellas palabras que unieron nuestro habla e hicieron boom...
tú,
yo,
ajenos...

2.
y que me duela.
me importa una mierda que me duela, porque allí donde nace el dolor se encuentra la honda cicatriz de lo vivido.
que me duela. que me vibre la cabeza de pura impotencia. que raye en lo insoportable y mis pupilas chillen tacos. que el dolor se dé prisa y acuda en el preciso instante en que el golpe es dado para que mi cerebro hilvane golpe y dolor,
escenario y sujeto,
vida y vida.
que me duela y que recuerde tu cara inflingiéndome dolencias. que me quede claro que lo importante de una herida no es la marca que queda en la piel, sino el instante en que ésta es dañada. que me quede claro que mis cicatrices nunca serán tan mías como de quien me rasgó el cuerpo con uñas de león.

3.
ya no tienes en mí ese efecto desolador del alud que solapa mi existencia y la del suelo.
ya no me calcinas la vista ni haces que se me hundan las pupilas en una negrura superior a la absoluta;
la de tu pelo.
ya no me muestro pendiente de tu acento, de tu voz que se enreda, del color de tus palabras y tu mala memoria.
y tu caminar ya no nubla mis sueños, la parte más oscura de mi subconsciente. ya no me pregunto, tonta y muda, qué quiero de ti.
y es que me he zafado de ese infierno de cuestionario,
la inefable lista de preguntas que día a día me pasaba por un resquicio de la jamba de mi puerta
y que naturalmente me negaba a contestar sin evasivas.
he tumbado mis fronteras y ahora, como el pirata, soy libre y no tengo patria.

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