¿Qué significará el tiempo sin relojes?

martes, 20 de mayo de 2014

escenas para entendernos




"Los pies me cuelgan. Los coches oscilan debajo de mis plantas, como hormiguitas en combustión. Corren, derrapan, frenan. Yo estoy lejos, en la esquina más fea de la azotea, y con cuidado poso las puntas de los dedos de mis pies sobre los vehículos. Los muevo un poco, y cuando en mi córnea se solapan el cuerpo y el metal, me desdoblo. Y llevo las piernas deprisa en dirección al final de la calle, como si montara en monopatín... Siento que me muevo, y en ese momento soy feliz"


"Soñé que el mundo se quedaba preñado. Ya no era una esfera, sino que tenía forma de ocho acostado. Cuando me desperté, la sopa estaba fría y en la tele hablaban de Europa. Y pensé, joder, a la primera contracción nos fastidiaron el día... "


"Magdalena soñó que paría un bicho. Nunca me dijo cómo era, así que me lo imaginé un poco sin forma, como a Gregorio Samsa. Era un bicho, me dijo, un bicho malo, y ya está... Estaba de siete meses, y dicen que es lo normal, que son sueños de embarazada. Que cuando esperas que algo salga de ti, piensas que puede salir cualquier cosa. ¿Será lo mismo soñar con un bicho humanoide que con un bicho de sociedad?... "

"En el platillo, la camarera me dejó un euro de más. Lo tomé como una invitación del destino, como un regalo de cumpleaños un poco, sólo un poquito retrasado. Era un euro, cien céntimos, dos veces cincuenta, diez veces diez. Quise donarlo, comprar una de esas tarjetitas de ayuda del súper. Quise regalarlo, invertirlo, llegar con él al cambio. Pero entonces se coló en mi vida una máquina de chicles, y yo tenía la garganta tan, tan seca..."


"El trapecista quería agarrar la estrella. Construyó un artefacto, un trapecio gigante, con cuerdas industriales, y se embutió en un traje ignífugo. Compró un montón de grúas y las amontonó. Cuando la altura fue adecuada y la tierra ya era redondita, colgó las cuerdas en el tope y desescaló la torre. Antes de agarrar el trapecio, lo lanzó como hacen los niños para darle la vuelta al columpio. Y las cuerdas se quemaron, se volatilizaron. El trapecista se sentó en el suelo, llorando como una breva, y no alzó la vista para descubrir que la punta de la última grúa, allí donde sus manos habían atado la cuerdecilla, rozaba la esquina de la estrella"


"Manolo, así se llamaba el tío que quiso pintar en la carretera una línea discontinua que llegara hasta el otro lado del mundo. Porque le daba la gana de pararse en cualquier punto. Se llamaba Manolo, y cuando Manolo, tras un arduo trabajo, se topó con el principio de otra línea discontinua, casi casi donde él recordaba haber comenzado, se cabreó y empezó a borrar las endemoniadas rayitas que un tío llamado Manolo, copiándole el trabajo, había empezado a pintar"


"La bota pisa el alma, y estruja, y se jacta. El alma convulsiona, se retuerce de dolor, chilla y supura y sangra. El pie por fin consigue vencer al zapato mortífero, y tira fuerte, y al final la bota se retira, con mucho esfuerzo, y el alma queda libre. Entonces abre un ojo, y después el otro, se limpia las babas y pregunta, desconcertada, por qué la bota siempre tiene que correrse primero"


"La vida imita al arte, dijo el modernillo mientras tomaba sopa en lata y fumaba maría en una pipa de viejo..." 



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