¿Qué significará el tiempo sin relojes?

sábado, 29 de julio de 2017

si todo sale mal


Si todo sale mal, comienzo. Despego todo lo que tengo, me ducho hasta sangrar (cada arañazo es una victoria; cada punto rojo, cuerpo, me hace ascender), pinto con un pincel muy fino los rasgos que deberían poblarme. Que deberían poblarme: si todo sale mal, escojo mis globos oculares, la piel de mis labios, el color de mis dientes. Muerdo mis globos oculares, pero si todo sale mal habrá una caja y en la caja habrá una colección de gelatinas y de esas gelatinas habrá alguna, juro que habrá alguna, que pueda hacerme comenzar. Si todo sale mal, crezco de la tierra; en un segundo puedo hacer todo lo que conocen los jardines. Lombrices. Y larvas. Y yo. Si todo sale mal. Abandono la ropa, me unto de sangre menstrual (¿acaso no sabes que cuando estoy desnuda no puedo pensar?), me unto de lo primero que alcanzan las manos: barro, leche, escamas. Si todo sale mal, advierto al mundo que no soy una flor ni un puente; advierto al mundo, al mundo que se mueve debajo de mis pies, al mundo que escolla debajo de mis pies, que no soy blanca ni límpida y que no dejaré de crecer. Si todo sale mal, crezco hasta el cielo. Si todo sale mal, crezco hasta mí: me ducho hasta sangrar, me ducho hasta sangrar, ¿acaso no sabes que las mujeres sangraremos aunque no nos hieran?

¿Acaso no sabes que las mujeres quebraremos nuestro cuello como un dátil y que las mujeres hundiremos la cabeza en la almohada, que haremos desaparecer el rostro en la almohada y nos convertiremos en un monstruo, en una pesadilla, en la belleza? ¿No sabes que sucede siempre, aunque no nos hieran?

Saldrá todo mal. Aunque no me hieran. Aunque cubra este cuerpo con una dura película plástica. Si no hay nadie en la casa, comienzo; si todo está mal, comienzo; soy fuerte, pertenezco a una legión de mujeres que son fuertes y que se aferran al suelo con raíces. Pertenezco y sangro y comienzo y todo esto ocurre siempre, en cualquier lugar y en cualquier estado, y hay un mareo dentro de mis ojos, hay un cartel luminoso dentro de mis ojos. Hay un cartel que nadie ha visto y que contiene el secreto del mundo; hay un cartel que hablará de lombrices, de larvas, del crujido seco de las articulaciones. Ese es el secreto del mundo. Las mujeres sangraremos aunque no nos hieran. Aquí no hay nada, nada; aquí estoy yo, y si todo sale mal comienzo, y si comienzo todo sale mal, y si todo sale mal no puedo hacer nada más que ser una serpiente y dejar la piel sobre la cama para que alguien (¿quién?) la encuentre y le organice un funeral. Lloraréis, lloraréis; os tiraréis al foso, me echaréis de menos; será mi piel, amigos, solamente, pero nunca lo confesaré porque yo, si todo sale mal, comienzo. Y me escondo. Porque soy, aunque no me hieran, demasiado cobarde para contarlo.

(Solo tú me reconocerás. Y guardarás silencio. Sabes que desnuda no puedo. Sabes que sucede siempre, y que después se acaba.)

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