Y,
quién sabe, tal vez todo esto sea una tontería. Pero un día -uno
bueno- me di cuenta que sientes demasiado. El hecho de que me dé
cuenta verifica precisamente mi teoría; a veces, y sé que sin
querer, los sentimientos se te agolpan -muy ruidosos- en el filo de los
poros y tú, incapaz de guardártelos de nuevo, los dejas salir.
Ellos ascienden libertarios por el aire que ocupa el radio de acción
de todo tu ser; suben, corren, galopan, te marean. Y es que cuando
quieren salir y fluir y volar por el mundo como pájaros que no
tienen alas ni plumas, cuando se amarran la cuerda y la lanzan al
exterior esperando que se agarre a cualquier roca más dura que tú, justo en ese momento, crecen. Crecen, lo hacen deprisa y sin
pausa, crecen corriendo, como sólo ellos saben hacerlo; se
multiplican y brotan de lugares insospechados y se unen con la cinta
adhesiva del autoengaño. Y entonces, de repente, ya no caben dentro
de ti. Lo único que puedes hacer es dejarlos salir. Es en ese
momento cuando dejas patente que eres de sentir y callar, de guardártelo todo en los bolsillos que el cuerpo no deja ver y, cómo
no, sentir. Sentir mucho en poco tiempo.
¿Podría
alguien, en una de esas fugas sentimentales, robarte un pedacito de
eso que dejas ir con facilidad y fragilidad? Yo querría. Tal vez
para comprobar cómo es sentirlo todo de golpe y seguir teniendo
tiempo para aparentar que aquello que te oprime los párpados no es
más que creatividad. Querría. Pero no tengo pasamontañas ni saco;
sólo tengo córneas y un sueño por el que mereció la pena pasarse
la vida en una eterna fase REM (Rapid Eye Movement,
quizá lo que me haría falta para robar algo que va más deprisa que
yo). ¿Podría yo recibir un poco de ese sentir, de ese dolor agudo,
y guardármelo para siempre como un souvenir del
interior de tus costillas? Querría.
2 comentarios:
¡Oh, monseñor!
Hablamos de los mismo...
Muy bonito, buen punto de vista.
Si no se pasa lo que se siente por alto, es fascinante. 8) :P
Jaja, genial, será que la noche da para eso. Muchísimas gracias.
Por desgracia, no hablo de mí. Yo sí que lo paso por alto. No tengo sentimientos fascinantes, entonces.
Besossss y sigue escribiendo, que tienes aquí una fiel lectora =)
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