Zhanna corre hacia Edgar; es sólo una mancha que se desdibuja a través del montón de paranoias disfrazadas de personas. Las puntas de su pelo van siempre detrás de ella, en una especie de carrera improvisada contra sí misma; sus brazos oscilan hacia delante y hacia atrás, buscando el momento de abrirse; sus piernas se mueven con rapidez y maestría, y los golpes de sus pies contra el asfalto son casi dolorosos. Sus ojos podrían estar contemplando cualquier cosa, pero intenta sonreír de esa forma. Corre con ganas, con fuerza. El olor a humo que proporciona al ambiente un toque agridulce le hace correr más, desear ser un pájaro y echar el vuelo. Llega a él. Sin detenerse cierra los ojos, abre los brazos y cae al vacío.
Las mejores historias son las que hablan de lo que no cuentan, ésas que tienen otras letras impresas en los márgenes y entre los huecos de los renglones. Las mejores historias son las que dejan rendijas, grietas pequeñas por las que descubrir qué es lo que se mueve dentro de todo.
¿Qué significará el tiempo sin relojes?
martes, 15 de enero de 2013
¿Y?
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