¿Qué significará el tiempo sin relojes?

domingo, 18 de octubre de 2015

nadadora


Sí. Pero yo pongo nombres porque lo necesito. Mi vida es dar palabras a colores y pinzas que no veo y que no siento. Ahora fumas, y no me entiendes. Creo (siempre he creído) que un espejo debe comprender. Es lo único que queda cuando buscas la mirada desde la que miras.

Creí ser como tú solo porque quise mirar desde tus cuencas.

¿Comprendes?

Sé que no.

Sigue fumando. Tal vez, en algún momento, una partícula de humo y de pulmón entre en mi nariz. Sigue así, que yo me muevo lejos. Porque un día me paré y me vi caótica y me di cuenta de que no teníamos nada que ver, nada, nada más allá de un rasgo común sobre los labios y un libro que queríamos quemar. Tengo diarios llenos de pequeños apuntes sobre ti. Hojas que te cuentan. Siempre pensé que hablaban de mí, de mi cabeza por dentro y de los sueños de mis sueños. Pero tú. Tú eres el ojo de mi lápiz. Y si te puse nombre fue porque siempre, siempre, siempre lo necesito. 

Te encontraba en todos los espejos. Ahora, aunque escueza, solo te veo en los muros. 
 

No hay comentarios: