¿Qué significará el tiempo sin relojes?

sábado, 19 de junio de 2010

Me contaría más cosas sobre mí de las que yo sé.


Juliette se tumbó en la cama, agotada. Estaba con los dichosos exámenes finales. Estaba realmente estresada, sus días eran un no parar. Porque a los exámenes se le sumaba el hecho de que su madre estuviera de viaje, y ella tuviera que hacer todas las tareas de la casa, incluyendo cuidar de su hermano (que no comprendía por qué no se cuidaba él solito).
Cerró los ojos y se acomodó como pudo en esa cama en la que nunca consiguió conciliar rápidamente el sueño. Cuando los volvió a abrir, podía ver su estantería repleta de libros, que estaba perfectamente encajada en la pared contraria a la cama. También había una muñeca de porcelana en la estantería. Se la regaló su tía (su EXCÉNTRICA tía) por uno de sus cumpleaños, de niña. Cuando abrió el paquete, le dio bastante miedo. Parecía que la muñeca te seguía con sus desconcertantes ojos azules, realmente parecidos a los de Juliette. ''Vaya -pensó- esa muñeca lleva tanto tiempo ahí, que si hablara, me contaría más cosas sobre mí de las que yo sé.'' Se levantó de la cama y cogió la muñeca. Bastantes pensamientos la inundaron, de pronto. Pensó lo fácil que debía de ser la vida de una muñeca. Simplemente, ves lo que pasa. Siempre en la misma postura. Siempre con la misma expresión. Y siempre, desde el mismo lugar. Esa muñeca no tendría la sensación de marearse al sentir que la tierra gira. No tendría la sensación de ahogarse en un lugar lejano a casa.
Juliette se sorprendió deseando ser una muñeca. Sí, deseaba ver el mundo como lo veía ese pequeño cuerpo de porcelana, por esos ojos de un azul envolvente, como sus propios ojos. Una perspectiva distinta a toda su vida, pensó.
Se revolvió el pelo y volvió a recostarse en la cama, esta vez con la mano sobre los ojos. ''Ver el mundo como una muñeca -se rió por dentro- que tontería''.

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