¿Qué significará el tiempo sin relojes?

lunes, 20 de mayo de 2013

baja, cae



un segundo y ya no hay nada









(nunca hubo razones para hacerlo,
aunque no nos importase.



y entonces, cuando bajábamos a toda velocidad por los raíles de la montaña rusa más vertical del mundo,


cuando me mordía los labios para no desgarrarme la garganta en un grito que sólo oiría yo,


cuando se rompía el aire para dejarnos pasar, como pájaros cayendo en picado, entre sus cuerdas,




cuando agarraba con el rojo de las uñas el movimiento que ya no me pertenecía


cuando dejábamos los dedos marcados en el metal de la barandilla de seguridad,



temiendo caer, temiendo bajarnos,
                                                                                                                                                                                  
   

cuando moría de ganas de mirarte pero el exterior, el entorno, lo nuestro, me decía que no,


cuando reíamos y soñábamos y la sal no nos proyectaba más lágrimas hacia el mundo
y tú contemplabas extasiado cómo me volvía una contorsionista de velocidad y cabeza bien alta,


entonces y sólo entonces
éramos felices) 





¿alguna vez mereció la pena vivir de las dolencias para poder aspirar a una bajada infinita?

sólo si no es sola.

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