Y de repente, todo cambia, como si el mundo se diera la vuelta. Todo empieza a fundirse y después se separa y, aunque la apariencia sea la misma, sé que todo es diferente. Lo oscuro se vuelve claro y viceversa y, por un instante tan corto como una batida de pestañas, pienso que sólo ocurre la mitad y que gano yo. Pero -nunca sabré por qué- lo oscuro vale, aunque sea sólo la mitad. Así, mi vida en negativo va cobrando sentido y se asienta todo de nuevo, engañándome, zarandeándome y enganchándome de nuevo a lo que siempre tuve que ignorar. Y me quedo yo colgada, atrapada como siempre y nunca a la vez en los alambres de lo que me rompe las ideas en pedacitos, me vuelvo otra vez de papel cebolla y, deseando convertirme en hierro, espero.
4 comentarios:
Si te volvieras papel cebolla, no se que pasaria con tus labios.
Un aplauso para Daniela.
xDDDDD .l.
Gracias, gracias. Pero no debiste revelar mi identidad. Habran consecuencias.
Bleh, y a mí qué?
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