¿Qué significará el tiempo sin relojes?

viernes, 23 de noviembre de 2012

Momentos absurdos


Un remolino de folios y yo en medio. Mi propia letra, minuciosamente (des)ordenada, haciéndome correr. Alguien que corre y alza las manos, se agacha y, sin dejarme espacio, recoge los aburridos apuntes que surgieron de momentos más aburridos aún. Una bocanada de aire se me escapa, me abandona y vuela por ahí. Mis dedos tocan el suelo frío y me estremezco; suelo tener las manos calientes y el mínimo contacto con algo frío para mí es una tortura. Agarro un folio medio vacío, escrito con letra roja -así, como la sangre- y paso del rojo al verde cuando me encuentro con las esmeraldas de sus ojos. Sonrío por dentro y asiento por fuera, con los nervios a flor de piel. Despacio, me da las hojas que consiguió recuperar y me roza una mano; las tiene calientes como el café recién hecho. Suelto algo como "gracias" y sale disparado lejos de mí, como el aire que se escapa y el tiempo que se escurre. Y así es como el momento más absurdo se vuelve especial.

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