¿Qué significará el tiempo sin relojes?

lunes, 22 de diciembre de 2014

por qué será



Por qué será que te llevo dentro como la vesícula, con todo el peligro de que revientes y me envenenes, de que me mates desde el centro de mi cuerpo. Tan mía como ese trozo de mí, y tan ajena, tan de lo demás. Por qué será que sé que puedo llevar los dedos al fondo de la garganta y apretarlos y tirar. Que puedo zafarte de mí, de mí, de mí. Que no vas a agarrarte, no vas a pelear, no vas a arañarme para que me achique y te diga, bueno, sigue. Tú estás quieta y no importa dónde. No sabes que soy yo la fachada de esa pared que pellizcas. Que mi cara es el azulejo que puede resquebrajarse si al final el gas abierto explota. Soy la casa que habitas, pero tú no lo sabes. Por qué será. Y si respiras, me quedo sin oxígeno. Y si te dejas el grifo abierto, lloro. Y si te aburres, me muevo. Sólo porque me da miedo que estalles y me mates y aun muerta, aun cadáver y vacía y fría... Por qué será que me estoy despellejando la boca. ¿Lo recibes, si pienso? Me encontré contigo anoche. En el súper. Hablamos un rato. Estabas guapa. Creo que volvías de casa de alguien, algo así. No te entendí bien; en la sección de cosméticos nunca se puede dialogar con propiedad. Por qué será. Nos dimos un beso en el cachete y después cogiste la cesta y seguiste andando. Te vi marchar y me pregunté por qué no te dabas cuenta de que no estabas ahí fuera. De que no eras más que un holograma. Tengo tanto miedo de ti. Tanto miedo contigo.

 (ya no creo a los espejos)

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