No lo sé, ése es el problema. No sé qué hacer ni cómo hacerlo. No sé si voy a tener las fuerzas suficientes, cómo vas a reaccionar y qué va a pasar después. No sé de qué color pintar mis noches si decido que no, no sé si gritar o morderme las uñas, no sé si tú lo sabes. No sé qué camino seguir. Mi camino se bifurca y tengo dos opciones: el camino negro y menos arriesgado y el camino verde y vivo que no sé a dónde va a llegar. No sé si voy a conseguirlo.
Pero lo peor de todo siempre ha sido que no sé quererte. Y no sé si eso va a cambiar ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario