¿Qué significará el tiempo sin relojes?

jueves, 27 de mayo de 2010

Amor/Odio.

Estos últimos días he cambiado tanto de opinión, que tal vez mañana me levante y te odie. No me sería tan difícil, la verdad. Amar, odiar, ¿qué más dará? Son dos sentimientos realmente obsesivos. Y te queman tanto por dentro, que parece que te saldrá humo del pecho.

Creo que incluso sería mejor odiarte que consumirme en tus palabras de hierro. Porque no puedo más con ellas. Son como un balazo. Exactamente como un balazo... pero de los que no matan.

¿Sabes? si miras tanto al cielo, acabarán saliéndote alas. Y a mí me acabarán poniendo una camisa de fuerza, ya lo verás.

Sí, te quiero por tu perfección. Te quiero por tu forma de hacer que las palabras se vuelvan como de azúcar. Te quiero por ser el conjunto de cosas que siempre me agradaron.

Sí, te odio por tus aires de superioridad. Te odio por hacerme quererte. Te odio por colarte en mis sueños, y en ese órgano que tengo en el pecho.

Te quiero. O te odio, no sé.

Hazme el favor de dejar de endulzarme la vida (a veces), para que pueda odiarte del todo.

No hay comentarios: