Realmente, estaba enfadada consigo misma. El año iba a acabar, y no había hecho nada de provecho. Se dio cuenta de ello cuando la navidad comenzó a poblar las calles, anunciando que otro año más, estábamos vivos.
Ahora se limitaría en hacer un muñeco de nieve que nadie vería jamás, y dejar que se derritiera, como los propósitos que escribió el año anterior en un papel... y como sus sueños.
Y mientras sus huellas le mostraban el camino de vuelta, se dio cuenta de que por allí había otro muñeco de nieve.
¿Por qué dejas que te abandone el invierno, Juliette?
No hay comentarios:
Publicar un comentario