¿Qué significará el tiempo sin relojes?

lunes, 31 de mayo de 2010

Yo no soy, yo seré.

Me estoy empezando a dar cuenta de la clase de persona que soy. Bueno, más bien de la clase de persona en la que me estoy convirtiendo. Yo no soy, yo seré.
Últimamente me ciega el ego. Mi amor propio es tan grande que podría taparme la vista que observo por la ventana. Pero no me creo mejor que nadie. Simplemente creo que todas las personas deberíamos ser egocéntricas, dentro de la medida adecuada (medida que últimamente rozo). No es justo para la persona tener que hacer feliz a alguien siempre. Debemos preocuparnos de ser felices nosotros, y eso estoy haciendo. Me estrellé mil veces intentando hacer feliz a alguien, y ya no quiero que me vuelva a doler.
Me estoy volviendo mi opuesto. Todos mis antiguos principios están cayendo por la ventana. Estoy pasando de ser luz a ser penumbra. Todo está cambiando en mi cabeza. Absolutamente todo. Y aunque debería asustarme, no lo hago. En realidad me gusta eso de mi ego. Ahora siento que puedo hacer todo lo que me propongo, que puedo comerme el mundo. ¿Es eso delito? Porque si lo es, estoy esperando mi condena. Ya he vivido en la cárcel de sentir mis ojos ciegos por tu amor, ¿qué podría dolerme? Nada.
Creo que me estoy convirtiendo en algo que me va a gustar. Me estoy volviendo a poner mi coraza, pero la coraza me evitó un par de disgustos. Desde que volví a ser débil, no he hecho más que estupideces. Y ella ya nubla mi corazón más de lo debido.
Sí, soy una egocéntrica. Pero mi ego no es malo. Simplemente es el cuidado a no ser pisoteada. No voy a ser mejor o peor persona por ello. La persona cambia, no su visión del mundo, ni su capacidad para hacer el bien o el mal.

No hay comentarios: