¿Qué significará el tiempo sin relojes?

viernes, 2 de julio de 2010

Febrero 2009.

Amanece fuera. Fuera, porque en mi corazón no hay amanecer que valga. Mi corazón está tan vacío, tan insultantemente vacío, que si le dieras golpecitos sonaría a hueco. No duele. Pero no es acogedor. Si tuviera que comprar la sensación con algo, sólo me atrevería a compararla con impotencia. Porque también la siento. Me siento impotente por haberte perdido, de pronto. Por no saber como reaccionar en ese momento. Porque ahora estoy sola y no te retuve. Aún está grabada tu sonrisa en las yemas de mis dedos y te siento... te siento demasiado. Es todo demasiado reciente. Hace sólo un par de horas que pasé a ser un personaje secundario en la obra de tu vida. Me lo habías advertido. Y no te creí. Me dijiste que dolía, y yo pensé que algo tan hermoso nunca podría convertirse en dolor.
Se ha hecho de día, pero lo sigo viendo todo tan oscuro... y se me olvidó dónde está el interruptor de la luz.

No hay comentarios: