¿Qué significará el tiempo sin relojes?

miércoles, 26 de agosto de 2015

de tu casa y yo


y por qué no hablarte francamente. por qué no decirte que es así, que ir a verte puede hacer que salte por los aires o que me caiga. es la posición, la postura precisa para adoptar dos direcciones diferentes: arriba, el cielo raso, o abajo, el suelo, que a la vez es siempre raso. está claro que los límites de tu casa no van a dejarme ir más allá. pararán mi cuerpo cuando salga disparada hacia donde no decido, hacia donde no quiero ir. como una red para cadáveres desparramados. yo no voy a estar muerta, claro. pero cómo voy a moverme. cómo voy a darle a qué botón. es el destino, ¿lo sabías?, aunque no creo en él ni creo que tenga por qué hacerlo. pero no depende de mí. ni siquiera de tus ojos, de cómo les dé por chocarme encima. de nada, querida mía, de nada. es tu endemoniada casa. voy a entrar por la puerta, voy a mirar los cuadros, las fotos. voy a respirar tu aire y pondré el culo en tus sillas y me beberé tu café y me reiré de tu voz y todo eso es tuyo, no mío, nunca mío. ¿por qué voy a decidir yo hacia dónde me sacude la fuerza, si levito o si me caigo de boca contra una baldosa y me parto todos los dientes, todos, uno a uno? no, yo no tengo ese derecho. así que es por eso. por eso a veces me quedo callada y te sonrío y te digo otro día, mejor otro día porque hoy me duelen los ovarios o porque hoy estoy hasta la grieta de todo. yo, la verdad, soy como un pozo destapado, y me pongo a mirar y veo solo un círculo de luz. y nubes, o azul, o una ponzoña blanca y podrida. así que mi visión del mundo es una cosa circular. limitada. es decir, veo lo que me da la gana, aunque a la vez no: jamás habría elegido un círculo. qué tiene que ver eso con las columnas de tu casa, me dirás. la cosa es, ya que hablamos francamente, que quizá me pare y mire y solo vea una foto colgada, medio torcida, o una barrita de incienso, o una alfombra del ikea. y tú ya no vas a estar. serás solo la figura que camina por ahí todos los días, la deseada figura que recorro en la cabeza, y ya no serás real. solo el círculo y tu casa. o igual no, igual dejo de ver todas las paredes y todo el suelo y el cielo raso y mi sol azul se concentra en las líneas de tu cara. entonces qué, dime. entonces qué pasa. arriba, abajo. no sé hacia dónde me voy a tirar. yo, mi pozo. a veces prefiero tenerte lejos, ¿sabes?, a que me pases los dedos por la nuca. el círculo, es el círculo...

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