¿Qué significará el tiempo sin relojes?

sábado, 18 de julio de 2015

cosas que no


En el terreno en el que todo vale. Sola. Sin máscaras. Libros con portadas del color del cartón, un roñoso lápiz suave, las piernas abiertas (huelen a crema hidratante y a desnudez). Sexo entrevisto, entretejido, entreignorado. En el terreno de paz soy feliz. Con mis libros y mujeres negras que me cantan a través del altavoz, que me recuerdan que la represión no es nada, que la opresión no es nada, que llevan sus negros cabellos de negra libre al viento y a la arena y al suave gimoteo del saxofón. Pizarnik se estrella en mis rodillas. Pizarnik canta su dolor encima del mío, de mi dolor despejado en el terreno pacífico de mi muslo que se eleva. Suavemente, me acaricio. Tantas cicatrices, tantas, y aquí no importan: todo vale, solo en soledad el tiempo me sonríe. Solo en soledad viene el presente. Deshago los nudos álmicos, tiendo una mano a mi propio cuerpo relajado. Ojos cerrados. No hay mundo, solo existe una habitación con suelo de parqué y estoy yo, una cortina, un movimiento circular. La noche. El día. Los conceptos, las verdades. Esas cosas ya no coronan mi entrepierna. 

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